jueves, 24 de febrero de 2011

APRENDAMOS A LEER LOS FUEGOS...

APRENDAMOS A LEER LOS FUEGOS
Todos los fuegos nos envían una serie de señales que pueden ayudar al Bombero a determinar en qué estado de desarrollo se encuentra el incendio y, lo mas importante, los cambios que pueden ocurrir. La habilidad para interpretar estas señales es esencial para asegurar una correcta táctica en la extinción. Ser capaz de leer el fuego es la marca de un buen profesional que toma decisiones basadas en sus conocimientos y en su habilidad, no en la suerte o en la suposición de que algo va a suceder.

INDICADORES DEL FUEGO.
Hay un amplio rango de información que se puede recoger rápidamente en las diferentes emergencias de fuego a las que acudimos. Este documento está enfocado a fuegos confinados. Los Bomberos que acudan a un incendio confinado deben recoger información de las señales que el fuego ofrece sobre de su estado. Estos indicadores se pueden dividir en 4 áreas:

1.- HUMO.

Color y densidad.

Volumen y localización.

Altura del plano neutro.

Pulsaciones.

2.- FLUJO DE AIRE.

Velocidad y dirección.

Flujo turbulento o suave.

Sonido silbante.

3.- CALOR.

Ventanas tiznadas o ennegrecidas sin muestra de llamas.

Abombamiento y desconchado de la pintura por el calor.

Aumento repentino del calor.


4.- LLAMA.

Color.

Volumen.

Localización.

ANÁLISIS DE LAS 4 AREAS.PROTOCOLO “HCAL”.

Un buen análisis del Humo, Aire, Calor y Llamas es una parte esencial de la “Evaluación Dinámica del Riesgo” en el inicio y durante el curso de la intervención a la que nos enfrentamos. Esto va a permitir al Jefe de Siniestro establecer el estado de desarrollo el fuego y evaluar los posibles cambios que podrían afectar a la seguridad del equipo de intervención, desarrollando un plan de ataque más eficiente.

Todos los equipos de trabajo deberán utilizar el protocolo “HCAL” para evaluar el riesgo en su área de operaciones. Esta información debería ser transmitida al equipo SOS y al Jefe de Siniestro, de manera que se pueda desarrollar un perfil más exacto del lo que está sucediendo.

1.- EL HUMO.

Color y Densidad:

El color del humo varía
dependiendo de los combustibles que están ardiendo y de la ventilación disponible, no obstante hay unos principios generales que pueden ser utilizados en la evaluación. Así, humo oscuro indica unas condiciones ricas debido a la falta de suministro de aire. Cuando se produce una combustión con llama, el Carbón de los combustibles se libera en el humo y el resultado es un color muy oscuro. Cuando la temperatura es baja y los niveles de Oxigeno son también bajos para mantener la combustión con llama, los productos se rompen (pirolisis) sin llamas activas, y la mayoría del Carbón permanece en el material, produciendo un humo de color claro. Es importante darse cuenta que mientras el fuego se desarrolla, el calor se transfiere a zonas colindantes del compartimento, lo que puede llevar consigo la pirolisis y un humo blanco cargado de combustible. Mientras el fuego progresa, el nivel del humo desciende, al tiempo que aumenta su densidad.

Como guía general:

• El humo claro a menudo nos indica que hay una acumulación de gases de pirolisis debido al aumento de temperatura en el recinto.

• Humo oscuro nos indica condiciones ricas debido a una combustión incompleta o condiciones pobres debido a la estructura molecular del combustible.

Es muy importante buscar cambios en el color del humo.

Volumen y localización.

El volumen de humo puede ser una buena guía para saber el tamaño del fuego y su situación. En algunos casos nos puede llevar a equivoco y darnos una indicación falsa de su situación, tamaño y fase en que se encuentra de desarrollo. El humo puede viajar a través de zonas ocultas y huecos y emerger en sitios totalmente inesperados.

Muchos Bomberos han presenciado una estructura desprendiendo grandes cantidades de humo y más tarde han descubierto que la verdadera área de fuego era bastante pequeña o en una localización totalmente inesperada. El principio básico es que el humo caliente tiende a elevarse verticalmente. Cuando alcance obstrucciones horizontales, el humo se propagará buscando salidas verticales. Cuanto más largo sea este camino, el humo más se enfriará. Esto también es debido a la mezcla del humo con el aire. Como con todos los indicadores, es muy importante no leer un indicador aisladamente.

Altura del plano neutro.

Mientras el fuego se desarrolla, el plano neutro ira descendiendo y la densidad de los gases inflamables irá aumentando; Por tanto:

1.- Un PN alto nos puede indicar que el fuego se encuentra en los primeros momentos de su desarrollo.

2.- Un PN muy bajo nos puede indicar unas condiciones ricas para que se produzca una explosión de humo.

3.- Un ascenso repentino del PN nos puede indicar que esta habiendo ventilación.

4.- Una bajada gradual del PN nos puede indicar una acumulación de gases inflamables que puede desencadenar un flashover.

5.- Una repentina bajada del PN nos puede indicar una repentina intensificación del fuego.

Pulsaciones.

El humo puede ser visto en forma de pulsaciones en pequeñas aberturas; esto nos está indicando que se trata de un “fuego controlado por la ventilación”. En el interior hay variaciones de presión debido al poco suministro de oxigeno, que a la vez produce un descenso en el proceso de combustión. La temperatura decrece y los gases inflamables, al enfriarse, se contraen.

Esta contracción provoca un descenso de la presión interior y una nueva entrada de aire. Cuando el aire llega de nuevo al fuego, este se reaviva, produciendo un nuevo aumento de la presión hasta que el aire se vuelve a consumir, comenzando así un nuevo ciclo. En algunos casos esto síntomas nos puede llevar a una explosión de humos o Backdraft.

2.- FLUJO DE AIRE.

El flujo de aire (Air Track) es el movimiento del aire hacia la base del fuego y el movimiento de los productos de combustión súper calentados fuera del compartimiento.

Velocidad y dirección.

Cuando se realiza una abertura, el aire caliente saldrá por la parte superior y el aire frió entrara por la parte inferior de la abertura. Un movimiento repentino y total del flujo de aire hacia el interior nos puede indicar que se va a producir una explosión de humo. En algunos casos va seguido de una salida rápida de humo, para segundos mas tarde producir la explosión.

Flujo turbulento o suave.

Si el flujo de aire es lento y laminar (suave) nos indica que el fuego se encuentra en su primera fase de desarrollo y que, probablemente, está todavía “controlado por el combustible”.
Por el contrario, si el flujo de aire es rápido y turbulento(Normalmente el plano neutro se encuentra muy bajo),nos indica que el fuego esta en pleno desarrollo y que está “controlado por la ventilación”. Pulsaciones enérgicas del flujo de aire es un fuerte indicador de que el fuego está “controlado por la ventilación.

Sonidos silbantes.

Los sonidos que se escuchan en forma de silbidos nos pueden indicar que el aire está siendo empujado dentro y fuera del compartimiento a través de huecos pequeños y aberturas debido a las variaciones de presión. Esto nos indica que se trata de un fuego “controlado por la ventilación”. Debemos de recordar que puede ser difícil escuchar estos sonidos con todo el ruido del siniestro.

3.- CALOR.

La evaluación inicial debería incluir la búsqueda de indicadores de la temperatura, tales como:

Cristales ennegrecidos o agrietados.

Los cristales ennegrecidos indican que en el interior se están desarrollando condiciones ricas (potencial Backdraft) y el agrietamiento es indicador de la alta temperatura interior. Bajo estas circunstancias, se deben extremarlas precauciones en el momento de abrir.

Revestimientos de pintura con ampollas.

Si encontramos estas condiciones, se puede proyectar agua en forma de niebla sobre la puerta o superficie para comprobar el calor. Si la puerta está caliente, el agua en la parte superior se evaporará rápidamente. En algunos casos es posible conseguir un indicador de la altura del plano neutro observando la línea en la cual cesa la evaporación.

Aumento repentino del calor.

Este signo es frecuentemente citado como un indicador de que un Flashover o un Backdraft son inminentes. Frecuentemente indica que alguna forma de combustión de los gases de fuego ha comenzado a nivel del techo. Esto puede ser difícil de ver y es un indicador tardío, por lo que no lo podemos considerar como un signo de aviso.
El chequeo de la temperatura puede hacerse poniendo una pequeña ráfaga de agua en la capa alta del recinto. Si el agua cae al suelo sin sonido o borboteo, es indicador de que la temperatura en esa zona es inferior a100°C. Si, por otro lado, el agua no cae y se oye un sonido de borboteo, es indicador de que la temperatura es de 100°C o más en esa zona.
Un bombero también puede elevar la mano, con cuidado, para sentir la acumulación de calor; si no se siente excesivo calor a través del guante, se puede deslizar un poco éste para exponer la piel y sentir el nivel de calor. Comprobaciones regulares nos ayudarán a determinar las variaciones de temperatura.

4.- LLAMAS.

El color de las llamas.

Puede ser un indicador del combustible que está ardiendo, aunque no es fiable ya que un mismo combustible puede arder con llama de distinto color dependiendo del proceso de combustión. Por ejemplo, un GLP mezclado con aire produce una llama de color azul debido a la presencia de CO2. Si el combustible y el aire se mezclan en el proceso de difusión, las llamas serán amarillas debido a la presencia de partículas de Carbón.
Otro ejemplo es la combustión de un tablero de aglomerado en un compartimiento. Cuando el aporte de aire es bueno, producirá llamas amarillas. Si la concentración de Oxigeno es reducida, las llamas serán de un color naranja rojizo.
En fuegos confinados las llamas amarillas generalmente indican que existe un aporte de aire razonable. Por el contrario, llamas anaranjadas son un indicador de que hay poco Oxigeno disponible y que se están desarrollando condiciones de combustión ricas.

La forma de las llamas.

La forma o figura de las llamas puede también dar un indicador del tipo de combustión que se está desarrollando. Las llamas de color naranja rojizo que resultan de una combustión rica, son frecuentemente turbulentas, con formación de ondas cortas. La inflamación de productos de pirólisis acumulados produce una llama amarilla muy brillante, algunas veces casi clara. Asombrosamente, en este caso, la forma de la onda es más larga y las llamas parecen más suaves.
La formación de llamas de color azul cerca del plano neutro, se debe a la presencia de bolsas de CO que se han mezclado con el aire y se inflaman espontáneamente.
Como todos los indicadores a tener en cuenta en el protocolo HCAL, es importante mirar el color inicial de las llamas y notar cualquier cambio.

EVALUACIÓN DINÁMICA DEL RIESGO.

Una exacta y oportuna evaluación es esencial para asegurar que el más seguro y eficiente método de ataque es empleado. En particular, un plan de “Ventilación Táctica” no puede ser desarrollado e implementado con total seguridad hasta que la evaluación HCAL no ha sido realizada. La evaluación del riesgo en una emergencia es un proceso dinámico y debe ser aplicada hasta que el incidente ha terminado.
La habilidad para “Leer un fuego”, es un elemento esencial en el desarrollo del Plan Táctico general, así como la evaluación del riesgo por parte de cada miembro del equipo.
Esta habilidad debería ser desarrollada por medio de una combinación de teoría, demostraciones a pequeña escala y, sobre todo por medio de entrenamientos en situaciones de fuego real en estructuras adquiridas o instalaciones diseñadas para el entrenamiento. Sin embargo, es sólo a través de la experiencia en intervenciones reales y con un amplio punto de vista, estas habilidades son completamente desarrolladas.



Traducido por Juan Carlos Campaña López y José Antonio Gómez Milara. Para Noticias de Bomberos

COMO TRABAJAR EN UN INCENDIO

 
Noticias de Bomberos.
GENERALIDADES

Al atacar un incendio no se emplea una sola táctica, sino un proceso que
requiere la aplicación de una serie de ellas a cual más importante. El dominio
de las tácticas del avance, evoluciones, maniobras y retroceso con mangueras,
forma parte de ese complicado conjunto de acciones dirigidas a la extinción de
incendios.

Es necesario para que los movimientos se efectúen en forma mecánica aunque
inteligente evitando fallos en el momento del combate, que pudieran ser
desastrosos tanto para el que los comete, como para todo el grupo de ataque. Por
esto, el objetivo de este epígrafe es que cada hombre sepa lo que debe hacer,
conozca el equipo que utilizará en las posibles emergencias, y no trate de
actuar independientemente estorbando los planes del jefe (que dirige la
maniobra), sino que, por la experiencia y la autodisciplina conseguidas
mediante un entrenamiento racionalmente organizado, sea capaz de integrarse en
cualquier grupo de defensa contra incendios, adaptándose inmediatamente y sin
entorpecer la labor del conjunto.


LA PISADA
Lo primero que se debe hacer es asegurarse de que se pisa firme, pues con
frecuencia se estará expuesto a resbalones, tropezones, etc. Según el lugar
donde se trabaja, principalmente cuando el agua cubre el suelo y no se ve donde se pisa.

Descripción.-
Para el avance y retroceso sobre piso inseguro, la pisada de lado ayuda a
disminuir el peligro de caídas. Consiste en lo siguiente: el pie de adelante
resbala de lado un corto espacio sobre el piso, y después en la misma forma, y
el pie de atrás se adelanta hasta tocar al primero. Esta pisada lateral fue
sugerida para evitar sorpresas desagradables (sobre todo sí se están manejando
mangueras pesada de 70mm.) por la fuerte reacción hacia atrás, especialmente
cuando se trabaja con chorro sólido.


Riesgos de la caída.-
Como ejemplo ilustrativo de estas advertencias bastará con considerar que la
reacción de una manguera de 70mm. cuando la presión es de 7-8 Kg/cm2 y el
ángulo con que se despega del suelo es de 55º (inclinación normal) es de 30
Kg/cm2; y para una de 45mm, en las mismas condiciones es de unos 12Kg/cm2, sin contar con la reacción propia de la lanza que es ligeramente inferior a las dadas para las mangueras. Bajo estas condiciones si un hombre resbala cae y pierde el control de la manguera, la reacción puede arrebatarla e las manos del otro hombre y lesionar a ambos gravemente dándoles latigazos que, no debemos olvidarlo, si bien proceden de una vena líquida, por las condiciones de presión a que se encuentra, posee la dureza y consistencia de un sólido.

El paso que se lleva al avanzar debe ser rítmico y medio, de 40 cm.
Aproximadamente, pues esto facilita el acoplamiento de grupos extraños, cuando es requerida.

EL AVANCE

Antes de atacar un incendio, el hombre que va a contribuir a su extinción no
puede confiar únicamente en su valentía y su buena voluntad; los héroes no
apagan los fuegos; lo hacen aquellas personas que actuando con precaución,
están suficientemente entrenadas como para no exponerse a un riesgo más grave que aquel que pretenden dominar.
Después de asegurarse de que la pisada es correcta hay que adoptar la posición más adecuada, para exponerse lo menos posible al calor del incendio. Consiste en poner el cuerpo de canto y agachándose lo más posible, protegiéndose tras el abanico de agua; sin embargo, aún en esta posición el paso debe ser firme, lento y calculado.   Antes de iniciar el avance, conviene asegurarse de que el funcionamiento de la boquilla es correcto, así como comprobar con qué presión se cuenta en la manguera, para lo cual debe abrirse y cerrarse dos o tres veces la boquilla observando los cambios en el flujo de agua. De igual modo, deben observarse todas las características del incendio que se trata de extinguir, para determinar de antemano la maniobra que se va a ejecutar, y lo que se espera lograr con ella, así como el camino a seguir hasta llegar al punto elegido y los obstáculos y riesgos que presenta.

Si una vez iniciado el avance, se presentará algún acontecimiento imprevisto, tal como el estallido de una válvula de seguridad, o la caída de un compañero, no se soltará nunca la manguera ni se volverá la espalda al fuego. No debemos olvidar que nuestra única defensa contra el fuego es el agua, y si la perdemos,también nos perdemos nosotros. Se ha de señalar que, en maniobras en que intervenga más de un hombre, todos, sin excepción, deben obedecer la voz de mando de una sola persona, para evitar equivocaciones y desgracias. En el avance hacia el fuego es conveniente mantener siempre la barbilla baja, la niebla cerca de la cara, y el paso firme y seguro, hasta llegar a la válvula para cerrarla.
CIERRE DE VÁLVULA

Un solo hombre.-
En caso de incendios de reducidas proporciones por derrames de líquidos
inflamables, un solo hombre, manejando una manguera de 45mm. con boquilla de
niebla, puede controlar la situación acercándose a la válvula. Mientras
sostiene la manguera con una mano, puede cerrar la válvula con la otra. Una vez cerrada la aportación de combustible, se dedicará a controlar el fuego con la manguera, hasta que se consuma el combustible que está ardiendo.

Una pareja.-
La experiencia ha demostrado que se obtienen mejores resultados con un equipo de dos hombres para una manguera. El procedimiento a seguir es el siguiente:
Después de situarse en posición y elaborar un plan de ataque según la dirección del viento, condiciones del lugar, etc., ambos inician el avance, con una apertura de boquilla de unos 20º, y a cierta distancia se agachan y se juntan más. Al mismo tiempo se abre el ángulo del abanico de agua, a fin de protegerse mejor, ya que, a medida que avanzan, aumenta la intensidad del calor radiante que reciben. Simultáneamente, bajan un poco la boquilla, para evitar que el fuego llegue a sus pies. Con estas precauciones siguen avanzando cuidadosamente, observando cualquier cambio, ya sea un incremento del fuego, un cambio en la dirección del viento etc.
Entonces se acercan hasta donde se encuentra la válvula y, si es posible,
colocan el ángulo inferior de la niebla sobre ella para que el encargado de
cerrarla, que es quien dirige la maniobra, no tenga que atravesar la niebla con la mano para alcanzarla. El mayor peligro en este tipo de operaciones es que el encargado de la manguera cambie el ángulo de la niebla o mueva la dirección de la boquilla. Esto ha ocasionado graves quemaduras, y solo puede evitarse mediante un entrenamiento constante, hasta, familiarizarse por completo con materiales y técnicas.



Tres hombres y dos mangueras.-
Cuando la magnitud de incendio lo aconseje será necesario recurrir a otras
combinaciones. Así, la táctica de emplear dos mangueras de 45 mm, con lanza de niebla, y tres hombre, para el avance, tiene la ventaja de que ese tercer hombre, que es quien dirige la operación y cierra la válvula, puede poner toda su atención en observar el fuego constantemente, haciendo la operación más uniforme y segura.
Una vez hecho el plan de ataque, la boquilla, el peso, la presión, el caudal, la reacción de la lanza, etc. Van a ser diferentes, y el número de personas mínimo necesario para manejar esta manguera es de tres; aunque el número ideal sería cinco o más. Cuando la escasez de personal lo imponga, y para presiones no superiores a 6 ó 7 Kg/cm2 podrán manejar una manguera de 70mm, dos personas, Una de las tácticas de avance con este tipo de mangueras es la de emplear cinco hombre, y dos líneas de 70mm procediendo de manera similar a la indicada en el caso de tres hombre y dos mangueras de 45mm.

LA FORMACIÓN
Hay dos tipos fundamentales de formaciones que pueden adoptarse en el avance
hacia el fuego, cuando la manguera la soportan dos o más hombres:

Normal alternada.-
Los hombres están acostumbrados a veces, a colocarse en lados alternos al usar solo una línea de 70mm. Pero esta formación, dejaría hombres por fuera de las líneas de manguera, caso de emplearse dos que, este hombre se coloca entre los dos que operan las mangueras apoyando una mano en cada uno de sus hombros y los acerca uno al otro para ofrecer menor frente de exposición y aumentar la efectividad de la protección de la cortina de agua.  Las dos mangueras deben quedar por fuera de los tres hombres para resultar mejor protegidos. La manguera del lado izquierdo debe manejarse con la mano izquierda, y la otra con la derecha. De este forma la doble distribución de la niebla ofrece máxima protección. Las precauciones a tener en cuanta son las generales para el avance, mencionadas ya anteriormente.
Avance alternado.-

En fuegos de mayor riesgo, el jefe de la maniobra puede optar por ensayar otra táctica, como la del avance alternado, en la que uno de los hombres avanza unos 50 cm. Desde su posición respecto a los otros dos, y se estaciona allí agachado, protegiendo el avance del otro hombre. Si bien las líneas de manguera de 45mm son preferidas en casi todas las maniobras, por su mayor flexibilidad y más fácil manejo, hay incendios en los que la demanda de agua exige usar manguera de 70mm. Claro estas líneas para el cierre de válvulas, disminuyendo así la protección, pactan que el abanico proporciona, aunque aumentando la visibilidad de todos los portadores y la distancia efectiva para la pisada.
En Uve.-
La otra formación, denominada formación en V da mayor protección al grupo
cuando actúan dos líneas al mismo tiempo. Consiste en que todos los hombres se colocan interiores a las líneas de mangueras de forma que a la protección que confiere el abanico de niebla se suma la del hombre que a delante.

Puesto que las válvulas están muchas veces a nivel muy bajo, y es difícil para un hombre alto maniobra con soltura en estas condiciones, es mejor instalar a los hombres de menor altura en las boquillas, y dejar atrás los más altos.


EL RETROCESO
Una vez cerrada la válvula, los hombres retroceden cuidadosamente, sin mover el abanico de sus boquillas, y manteniendo su posición agachada, siempre bajo la protección de la niebla aunque el fuego se haya apagado, para prever una re ignición inesperada, la técnica del retroceso es la misma del avance pero ejecutada a la inversa. Es aconsejable tener un hombre extra en cada línea de mangueras, para ayudar en el retroceso; debe estar colocado de tal manera que pueda conducir a los hombres hacia atrás con seguridad, cuando todavía tienen la niebla fija durante el retroceso.
Este es muy importante, pues evita que tropiecen con la manguera, pesada y
dura, al caminar hacia atrás. Normalmente, los hombres de cabeza de la manguera siguen sin perder de vista el fuego, aunque caminen hacia atrás, y el hombre encargado del retroceso es el que avanza en dirección opuesta sorteando los obstáculos y cuidando que la operación de retroceso se haga ordenadamente y sin accidentes, tan cautelosamente o más que el avance.

viernes, 18 de febrero de 2011

jueves, 17 de febrero de 2011

Cómo calcular la cantidad de extintores necesarios en un edificio

3 x 1.500 = 4.500 ft² (418 m²)/extintor
135.000 ÷ 4.500 = 30 extintores con clasificación 3-A
4 x 1.500 = 6.000 ft² (557 m²)/extintor
135.000 ÷ 6.000 = 22.5 extintores con clasificación 4-A, redondeado en 23
Resulta lógico comenzar con 23 extintores con clasificación 4-A y determinar si se cumple la regla de distancia de recorrido o si se necesitan más extintores.
Es fácil ver que se necesitan 23 extintores con clasificación 4-A para ocupaciones de riesgo ordinario, mientras que se necesitan 23 extintores con clasificación 2-A para ocupaciones de riesgo leve. Esto resulta claro porque la “superficie máxima por unidad de A” para ocupaciones de riesgo ordinario es de 1.500 pies cuadrados (139 metros cuadrados) versus 3.000 pies cuadrados (279 metros cuadrados) para ocupaciones de riesgo leve, como se indica en la Tabla 6.2.1.1.
El riesgo extra permite un extintor único de clasificación mínima con una clasificación de 4-A y una superficie máxima por unidad de “A” de 1.000 pies cuadrados (93 metros cuadrados).
4 x 1.000 = 4.000 ft² (372 m²)/extintor
135.000 ft² ÷ 4.000 ft² (372 m²)/extintor = 33.7 extintores, redondeado en 34
La cantidad y el costo de extintores más grandes deben compararse de un modo similar al que se realiza para ocupaciones de riesgo leve y ordinario.
En resumen:
Los cálculos se llevan a cabo para determinar la cantidad mínima de extintores necesarios en base a sus clasificaciones, y debe realizarse una serie de cálculos para efectuar las comparaciones. La cantidad mínima calculada de extintores debe colocarse estratégicamente en todo el edificio y no debe superarse la distancia de recorrido mínima de 75 pies (23 metros) desde ningún punto hasta un extintor.A veces se necesitan extintores adicionales para cumplir con la regla de distancia de recorrido de 75 pies (23 metros). La cantidad calculada de extintores no puede reducirse.
Calcular la cantidad de extintores es bastante simple y debe ser el primer paso a tomar cuando se instalan extintores en un edificio. El segundo paso es verificar que la distribución de la cantidad mínima de extintores cumpla con la regla de distancia de recorrido de 75 pies (23 metros).
Contar con la cantidad correcta de extintores no sólo descartará una multa por parte de la autoridad competente, sino que también asegurará la presencia de la cantidad adecuada de dispositivos de combate de incendio en caso de que fueran necesarios. Adherir a la regla de la distancia de recorrido garantizará una ubicación conveniente de los extintores en cualquier lugar donde ocurra un incendio. Cumplir con ambos criterios garantizará una mayor posibilidad de éxito en caso de un incendio.

Cómo calcular la cantidad de extintores necesarios en un edificio

El cálculo de extintores más grandes puede compararse utilizando el mismo procedimiento. La cantidad de extintores con clasificaciones de 3-A se calcula de la siguiente manera:
3 x 3.000 = 9.000 ft² (836 m²)/extintor
135.000 ft² (12.542 m²) ÷ 9.000 ft² (836 m²)/extintor = 15 extintores con clasificación 3-A
La cantidad de extintores con clasificaciones de 4-A se calcula de la siguiente manera:
4 x 3.000 = 12.000 ft² (1.115 m²)/extintor
Sin embargo, la Tabla 6.2.1.1 no permite que se superen los 11.250 pies cuadrados (1.045 metros cuadrados) por extintor. Por lo tanto:
135.000 ft² (12.542 m²) ÷ 11.250 ft² (1.045 m²)/extintor = 12 extintores con clasificación 4-A
La limitación de 11.250 pies cuadrados (1.045 metros cuadrados) se basa en un cuadrado dentro de un círculo con un radio de 75 pies (23 metros). La raíz cuadrada de 11.250 es 106, entonces hipotéticamente, un edificio de 135.000 pies cuadrados (12.542 metros cuadrados) sin muros, tabiques u otras obstrucciones podría contar con 12 extintores y cumplir con la regla de la distancia de recorrido. Dado que esto es virtualmente imposible, los extintores de clasificación 4-A en general no se utilizan. Si la cantidad de extintores necesarios para satisfacer la regla de la distancia de recorrido es por lo menos 15 pero no superior a 22, entonces deben utilizarse extintores con clasificación 3-A. Si la regla de distancia de recorrido requiere instalar 23 o más, entonces deben utilizarse unidades con clasificación 2-A.
Los mismos conceptos se aplican a riesgos ordinarios y extra:
Esta comparación tiene más sentido si se observan ocupaciones de riesgo ordinario y extra, en las que la cantidad calculada supera en gran medida la cantidad necesaria para satisfacer la distancia de recorrido de 75 pies (23 metros). La lógica indica que los riesgos más severos requieren más extintores. Y dado que se instalarán más extintores, la distancia de recorrido desde cualquier punto hasta un extintor generalmente será menor a los 75 pies (23 metros) requeridos. Con ocupaciones de riesgo ordinario y extra, el ejercicio se centra en ver si pueden utilizarse menos extintores con clasificaciones más elevadas.
La Tabla 6.2.1.1 también se utiliza para calcular la cantidad de extintores necesarios para ocupaciones de riesgo ordinario y extra. Para un edificio con una superficie de 135.000 pies cuadrados (12.542 metros cuadrados), la clasificación de riesgo ordinario permite la presencia de un extintor único de clasificación mínima con una clasificación de 2-A y una superficie máxima por unidad de “A” de 1.500 pies cuadrados (139 metros cuadrados).
2 x 1.500 = 3.000 ft² (279 m²)/extintor
135.000 ÷ 3.000 = 45 extintores con clasificación 2-A
La Tabla 6.2.1.1 ofrece la distancia de recorrido máximo hasta un extintor de 75 pies (23 metros) para las tres clasificaciones de riesgo.  Siempre resulta tentador instalar menos extintores en las ocupaciones de riesgo ordinario, ya que la regla de los 75 pies (23 metros) puede cumplirse fácilmente con una cantidad menor a los 45 calculados. Dado que NFPA 10 no permite una cantidad menor a la estimada, los cálculos se realizan para los dos extintores más grandes a fin de determinar la solución más económica:

Cómo calcular la cantidad de extintores necesarios en un edificio

Por Mark Conroy: Es ingeniero de la oficina de Boston de Brooks Equipment Company y miembro principal del Comité de NFPA sobre extintores portátiles

Calcular la cantidad de extintores necesarios en un edificio de oficinas es bastante sencillo, pero es la etapa que habitualmente más se pasa por alto cuando se instalan los extintores.
Aunque una parte importante del Anexo E de la edición 2007 de NFPA 10, Norma para extintores portátiles, se dedica a explicar el tema, no se realizan cálculos en la gran mayoría de los edificios donde se instalan extintores. Como resultado, a menudo se utiliza la misma cantidad y tamaño de extintores en ocupaciones de riesgo leve y común. Esto no resulta lógico, puesto que no habría necesidad de contar con diferentes clasificaciones si la distancia de recorrido de 75 pies (22.8 metros) fuera el único criterio.
Si su código de construcción o una ordenanza local requieren la presencia de extintores en un edificio de oficinas, incluiremos a continuación una manera sencilla de calcular la cantidad necesaria. La razón general por la que se necesitan extintores en los edificios de oficinas es porque contienen Riesgos Clase A, tales como mobiliarios y recubrimientos de pisos y paredes. El Párrafo 5.4.1.1 y el material asociados del anexo de NFPA 10 señalan que la clase de riesgo para un edificio de oficinas típico es de ocupación de riesgo leve. Aunque algunos edificios de oficinas contienen líquidos inflamables, daremos por sentado que no los hay para simplificar las cosas. Los cálculos siempre se realizan para determinar la cantidad de extintores requeridos teniendo en cuenta la cantidad mínima de unidades permitidas. Se efectúan cálculos adicionales para comparar el costo de una cantidad menor de extintores más grandes. La Tabla 6.2.1.1 de NFPA 10 brinda la base para determinar la cantidad mínima de extintores.
La clasificación más pequeña para un extintor Clase A para una ocupación de riesgo leve de la Tabla 6.2.1.1 es 2-A. Si se multiplica la cantidad de la clasificación por la “superficie máxima por unidad de A”, la tabla señala la superficie máxima que un solo extintor puede proteger. Dado que la superficie máxima para el extintor más pequeño en una ocupación de riesgo leve es 3.000 pies cuadrados (278,7 metros cuadrados), la cobertura para un extintor de una clasificación de 2-A puede determinarse de la siguiente manera:
2 x 3.000 = 6.000 ft² (557 m²)/extintor
Para un edificio de oficinas de un solo piso, multiplicar la longitud por el ancho da como resultado la superficie total. Un piso que mide 300 pies (91 metros) por 450 pies (137 metros) tiene una superficie de 135.000 pies cuadrados (12.542 metros cuadrados). La superficie se divide por 6.000 pies cuadrados (557 metros cuadrados) por extintor para obtener la cantidad mínima necesaria de extintores con clasificación 2-A. Por lo tanto:
135.000 ft² (12.542 m²) ÷ 6.000 ft² (557 m²)/extintor = 22.5 extintores con clasificación 2-A, redondeado en 23.

lunes, 14 de febrero de 2011

TANQUE DE LUCHA CONTRA INCENDIOS DE VEHÍCULOS El NISSAN ATLEON 210-150

 

SALVANDO A LOS NUESTROS


Por Ben Klaene & Russ Sanders
El crítico papel de las cuadrillas de intervención rápida  

Una de las peores transmisiones de radio que pueden darse en el área de los incendios, es la llamada de auxilio de un bombero pidiendo ayuda. El pedido de socorro (mayday) presenta un desafío para cualquiera que opere en un incendio porque existe una tendencia de abandonar lo que se esté haciendo cuando se transmite un pedido de auxilio y de ir en ayuda de los bomberos que piden socorro. El comandante del incidente (CI) debe mantener el control, mientras las unidades en sitio acatan órdenes y las cuadrillas de intervención rápida (CIR) ubican, protegen, suministran aire, liberan, trasladan y brindan cuidados médicos a los bomberos caídos.

El rescate de bomberos caídos es la misión específica de las CIR. Las CIR deben contar con el personal adecuado, estar bien capacitadas, adecuadamente equipadas y bajo la dirección de un líder competente. Los requisitos mínimos de las CIR están establecidos en la NFPA 1500,  Norma sobre seguridad ocupacional del Departamento de Bomberos y programa de salud; NFPA 1710, Norma para la organización y despliegue de operaciones de extinción de incendios, operaciones médicas de emergencia y operaciones especiales para el público llevadas a cabo por  Departamentos de Bomberos profesionales; NFPA 1720, Norma para la organización y despliegue de operaciones de extinción de incendios, operaciones médicas de emergencia y operaciones especiales para el público llevadas a cabo por Departamentos de Bomberos voluntarios, y la norma OSHA 29CFR1910,134g4, Seguridad ocupacional y normas de salud sobre equipos de protección personal, protección respiratoria y  procedimientos para el combate de incendios estructurales en espacios interiores. Se requiere al menos una cuadrilla de intervención rápida inicial (CIRI)  de al menos dos miembros antes de que los bomberos ingresen al edificio para combatir un incendio que ya superó la etapa del incendio incipiente, salvo que exista una expectativa razonable de salvar una vida.

Los departamentos de bomberos deben dar tratamiento a las operaciones con CIR en sus procedimientos operativos habituales. Existen varias teorías sobre cómo llevar a cabo de la manera más efectiva las funciones de las CIR, con las consecuentes diferencias en los procedimientos. En nuestra opinión, cada procedimiento de CIR tiene tanto méritos como desventajas potenciales.

Algunos departamentos requieren que los miembros de las CIR se ubiquen en un sitio fijo cercano a un punto de acceso de modo tal que todos los miembros de la CIR se encuentren disponibles de manera inmediata para actuar. Otros asignan a las CIR el relevo del exterior del edificio y la mejora de los egresos de emergencia mediante la ubicación de escaleras manuales, remoción de obstáculos para la evacuación, y la toma de otras medidas que facilitan la auto evacuación. Una tercera opción es la de  organizar a algunos miembros de la CIR en torno a una ubicación fija mientras que otros relevan el edificio y mejoran las salidas. La ventaja de este enfoque es que las operaciones de rescate de las CIR pueden comenzar inmediatamente mientras que a su vez  pueden por un lado proveer un mejor egreso a los bomberos que se encuentran en el interior y por el otro se familiarizan con la disposición del edificio. Los miembros de las CIR asignados a relevar el edificio y a remover  obstáculos, no deberían ingresar al edificio en llamas.

Proveer personal suficiente para las CIR puede ser un desafío, dado que debe asignarse un mínimo de dos bomberos a la CIRI. El número de miembros debería aumentarse a un mínimo de cuatro tan pronto como se hacen presentes las unidades adicionales. Generalmente, las CIR que cuentan con cuatro bomberos son adecuadas cuando operan en incendios de edificios pequeños sin complicaciones, donde los bomberos pueden ser rápidamente encontrados y fácilmente trasladados. Cuando los bomberos caídos se encuentran muy adentrados en edificios de mayor envergadura y se encuentran atrapados requiriendo su liberación u otras medidas con consumo de aire y tiempo, una CIR de cuatro miembros será   a menudo insuficiente. Luego de perder un bombero en el incendio del Supermercado Southwest en 2001, el Departamento de Bomberos de Phoenix llevó a cabo un extenso entrenamiento para determinar la cantidad de miembros necesarios para sus CIR. En base a investigaciones posteriores, la cantidad de bomberos de las CIR aumentó de manera drástica.

Los Departamentos de Bomberos deben aprender de sus experiencias positivas y negativas,  a través de análisis posterior al incidente y mediante el estudio de los informes de las investigaciones de incendio, la asistencia a programas de entrenamiento y la revisión de los procedimientos operativos habituales de  otros departamentos de bomberos. Lo más importante, es que deben enfocarse en la táctica, el manejo del riesgo, y otras medidas de seguridad que apuntan a prevenir el pedido de auxilio.

domingo, 13 de febrero de 2011

BIENVENIDOS A TODOS Y TODAS LOS BOMBEROS Y BOMBERAS

Le damos la mas cordial bienvenida a todos los usuarios de este Blog para la difusion de las nuevas tecnicas de Bomberos o Bomberotecnia, de Busqueda y Rescate con el proposito de crear conciencia a nuestros hermanos y hermanas de la revolucion en aspecto de bomberos que hoy en dia existen.

Pido excusa a aquellos que no quisieron tomar este proyecto como un puente o apertura hacia el nuevo paradigma de la comunicacion globalizada, pero como siempre esa es la realidad de nuestro pensamiento tercer mundista.
gracias por acceder a nuestro Blogs : Bomberotecnia.blogspot.com

Hector Joan Suero Medina
Mayor CBSC.