LA
INVESTIGACION DE LOS INCENDIOS
AUTOR: EDUARDO JOSE LUCIO FRIGERIO es Licenciado en Criminalística egresado de la Facultad de
Derecho de la Universidad Nacional de Buenos Aires, donde también se desempeñó
como Profesor Titular de las materias “Criminalística II” y “Técnicas de
Investigación Criminal II” y Adjunto de las asignaturas “Criminalística I”,
“Técnicas de Investigación Criminal I” y “Accidentología Vial”. Actualmente se desempeña como docente en
la Universidad del Salvador y en la Escuela Superior de Gendarmería Nacional
“Grl Br. D Juan Maria Calderón”, habiendo desarrollado idénticas funciones en
la Escuela de Gendarmería Nacional “Grl. D Martín M de Guemes”, en la Escuela
Militar de Oficiales de los Servicios Para Apoyo de Combate (EMOSPAC) del
Ejército Argentino, en la Escuela Superior de la Prefectura Naval Argentina y
en la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Cuyo. Posee 33 años de
ejercicio profesional actuando como Perito en los fueros federal, nacional y
provinciales en numerosas causas judiciales, muchas de ellas de trascendencia
pública.
CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE INCENDIOS:
El incendio es una combustión viva que se propaga,
por efecto de las llamas que produce, destruyendo todos los materiales
combustibles que se encuentran a su paso.
El calor desprendido altera incluso materiales
incombustibles: el vidrio se funda, el hierro al calentarse pierde su rigidez,
llegando a ablandarse a tal extremo que las vigas se deforman, cediendo ante el
peso de la mampostería o techados que sostienen, produciéndose derrumbes, etc.
El incendio no solo ocasiones importantes daños
materiales sino que es responsable de la pérdida de considerable cantidad de
vidas humanas, de donde se deduce la importancia y trascendencia de este tipo
de siniestros.
MECANISMO DE LA COMBUSTION:
La combustión, conforme lo demostrara LAVOISIER en
1787, no es otra cosa que un proceso de oxidación, es decir una reacción
mediante la cual un elemento se combina con otro alcanzando un grado de
oxidación mayor. Conforme este principio, los materiales intervinientes en una
combustión quedarían clasificados en dos grandes grupos: a. Los combustibles
que arden y b. Los comburentes que posibilitan esa combustión, siendo el
oxígeno del aire el comburente habitual en estos casos.
Los combustibles necesitan para inflamarse y para
continuar ardiendo, alcanzar una temperatura óptima, llamada “temperatura de
inflamación”, de manera tal que la combustión para iniciarse necesita la
conjunción de tres factores:
a. La presencia de un cuerpo o sustancia
combustible.
b. La existencia de un comburente
(generalmente oxígeno del aire).
c. Una determinada temperatura: la
temperatura de inflamación.
Una vez inflamado el cuerpo, si este mantiene una
“temperatura de combustión” (temperatura desarrollada mientras el cuerpo se
quema), superior o igual a la temperatura de inflamación, continúa ardiendo ya
que en caso contrario, es decir si la temperatura de combustión es inferior a
la temperatura de inflamación, el cuerpo se apaga extinguiéndose la llama. Del
párrafo precedente se deduce que las combustiones son reacciones químicas que
se producen con desprendimiento de calor, es decir que son exotérmicas.
Otra condición que debe presentarse para que la
combustión se desarrolle es la cantidad de comburente presente en el sistema.
Este comburente puede presentarse en cantidad suficiente o no, en relación con
la necesaria para que el cuerpo arda. Si la cantidad de comburente se halla en
proporción exacta o mayor, conforme con la cantidad y calidad del combustible,
este puede arder con llama y producción de luz y calor, hasta consumirse
totalmente, combustionándose completamente. Cuando la proporción de comburente
es menor que
la que el cuerpo necesita, la combustión es defectuosa y se denomina “incompleta”.
En razón de que en el caso que nos ocupa el
comburente ha sido el oxígeno presente en el aire, el sistema se encontraba
balanceado como para que la combustión se inicie y desarrolle sin impedimentos.
Se ha expresado precedentemente que para que el fenómeno se produzca es
necesario contar con un combustible y un comburente en condiciones especiales
de temperatura. Esta temperatura puede ser alcanzada, según la naturaleza de la
combustión, mediante los siguientes factores:
- Un
agente físico, denominado agente calórico.
- Un
catalizador.
- La
acción de microorganismos.
- Una
reacción química exotérmica.
Cuando un cuerpo arde puede hacerlo con o sin
producción de llama, produciendo llamas aquellas sustancias en estado gaseoso
o las que, sin llegar a serlo, pueden alcanzar este estado en virtud de la
temperatura desarrollada o bien las que se descomponen en productos gaseosos
combustibles.
PRINCIPALES CAUSAS ORIGINARIAS DE LOS
INCENDIOS:
Los incendios pueden deber su origen a diversas
causas, conforme las siguientes categorías:
a. Incendios debidos a causas naturales:
Son los producidos por fenómenos atmosféricos, a
saber:
1) Los meteoritos: que
al penetrar en la atmósfera y por el rozamiento con el aire alcanzan
temperatura de incandescencia pudiendo generar incendios al caer sobre materiales
combustibles. Son los causantes de algunos incendios de bosques registrados en
diversos lugares.
2) El rayo: mucho
más frecuente que el mencionado en el punto precedente, el rayo calcina e
inflama los elementos combustibles cuando intercepta materiales susceptibles de
arder: paja, heno, madera seca, etc.
3) El sol: por
concentración de los rayos solares que pasan a través de elementos refractantes
tales como lentes, trozos de vidrio, etc., los que provocan el incremento de la
temperatura del material que se encuentra en su “foco” ocasionando su
inflamación.
b. Incendios producidos por combustión
espontánea:
1) Oxidación: ciertos
materiales son susceptibles de oxidarse al contacto con el aire con incremento
de temperatura, pero para que esta reacción motive la inflamación de la masa,
ésta debe encontrarse en condiciones tales que reciba el suficiente aire como
para oxidarla pero no tanto como para difundir el calor generado. Como
condición, el material debe encontrarse finamente dividido para permitir una
mayor superficie de contacto entre las partículas y el aire. Generalmente son
derivados de aceites o grasas animales o vegetales y los carbones.
2) Por causas biológicas: generalmente
causadas por sustancias vegetales almacenadas estando todavía húmedas que
entran en fermentación debido a la acción de microorganismos, con
desprendimiento de calor que a su vez acelera el proceso de fermentación
elevándose progresivamente la temperatura hasta alcanzar la óptima para la
inflamación de la masa. El proceso es sumamente complejo donde la fermentación
bacteriana es seguida de fenómenos químicos de oxidación, alcanzándose así la
temperatura de auto inflamación.
Este fenómeno, como se ha expresado, se produce en
sustancias vegetales estibadas estando todavía húmedas o “verdes”, como el caso
del heno, algodón, paja, estiércol, aserrín, etc.
3) Por contacto con el aire: por
reacción química con el oxígeno presente en éste como es el caso del fósforo
blanco, o por efecto de la humedad como en el caso de los polvos suspendidos de
aluminio, magnesio o cinc.
4) Descomposición espontánea: comparables
a las combustiones espontáneas, como el caso de los abonos mixtos compuestos de
fosfatos, nitratos y materias orgánicas.
c. Incendios debidos a vicios de
construcción o defectos de instalación:
1) Salidas de humo: por
defectos de tiraje, sección insuficiente, acumulación de hollín,
sobre-calentamiento de los gases de combustión, obturaciones, agrietamientos,
etc.
2) Instalaciones eléctricas: para
que una instalación eléctrica se halle encuadrada dentro de las normas o
códigos vigentes, reglamentadas oficialmente, debe ser realizada con todo los
detalles de cálculo de resistencia, intensidad, tensión, etc., determinando
perfectamente los materiales a emplear, tales como conductores y aislantes,
dotándola de “cortacircuitos”, disyuntores u otros implementos tendientes a
evitar que se produzcan cortocircuitos por cualquier causa, tales como tensión
sobre elevada, contacto accidental, rupturas de lámparas, recalentamiento de
conductores, sobrecargas, etc.
Estas condiciones deben ser complementadas con
conexiones correctas, la perfecta instalación de interruptores, empleo adecuado
de materiales de instalación y contacto, correcto cálculo de sección de
conductores, en relación con la tensión e intensidad instalada, como así
también la resistencia de los fusibles.
Debe tenerse especialmente en cuenta que el paso de
corriente eléctrica por un conductor va acompañado, por el llamado “efecto
Joule”, por un calentamiento de éste. Si ese calentamiento supera los cálculos
efectuados se producirá un incremento de la resistencia del conductor y, como
consecuencia, un incremento aún mayor de la temperatura del mismo. En otras
palabras diremos que todos los cuerpos, aun los mejores conductores, ofrecen
resistencia al paso de la corriente eléctrica, resistencia que puede ser
analógicamente comparada al rozamiento que se produce entre el agua y las paredes
de la tubería por donde ésta circula, manifestándose mediante una disminución
de la presión. Algo similar ocurre al paso de una corriente eléctrica por un
conductor, notándose una caída de tensión en el sentido de la corriente. Por
otra parte, al igual que en el rozamiento, la circulación eléctrica, ocasiona
una elevación de la temperatura del conductor.
La resistencia de un conductor eléctrico depende de
su naturaleza, su longitud y su sección y conociendo la resistencia específica
o resistividad del elemento conductor, es factible calcular la resistencia de
este en razón de que la misma es directamente proporcional a su longitud e
inversamente proporcional a su sección. Esta resistencia aumenta con la
temperatura, lo que, como ya se expresara, provocará un aumento aun mayor de
esta última, llegando incluso a producir el reblandecimiento de los aislantes
con el consiguiente cortocircuito.
Otra causa de inconvenientes en el sistema
eléctrico está dado por los empalmes deficitarios que provocan la formación de
arcos voltaicos entre las terminales llegando incluso a inflamar los aislantes,
pinturas, maderas, y otros elementos combustibles a su alcance.
d. Incendios accidentales:
Este tipo de siniestros es debido a causas
fortuitas e imprevisibles, tales como la inflamación de productos volátiles
durante su manipuleo o uso, el uso de lámparas o bujías de sebo (vela) para
iluminación, el ocasional uso de fuegos artificiales, disparo de armas de
fuego, etc.
e. Incendios intencionales
Son aquellos provocados mediante el empleo de
sustancias combustibles o dispositivos incendiarios con fines dolosos, que
provocan desprendimiento de llama o calor que se propaga a los objetos
próximos, los que se inflaman a su vez, generalizando el incendio. En estos
casos es característico la presencia de un dispositivo de encendido el que
puede o no desaparecer con el fuego.
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